No es nueva la idea de los beneficios del aire salitroso que se respira adentro. Los propios mineros, en opiniones divididas, decían que a pesar del mal olor, el aire que se respiraba dentro de la mina era benéfico.
Y en el libro sobre la Catedral que tiene el título más bello, el de Gloria Dahl, Una catedral de sal y silencio, al final se tanscriben recomendaciones y recetas sobre los beneficios de la sal para la salud.
Lo cierto es que, a imagen y semejanza de lo que ocurre en Polonia, desde 1825, año en que se construyó el sanatorio de Wieliczka, la Catedral de sal de Zipaquirá ofrecerá esta posibilidad de sanación para personas que lo requieran. Un buen proyecto al que se le augura el mejor de los rumbos. Para dar una idea de cómo será el sanatorio se exponen fotografías del que funciona en la mina de Polonia.