29.8.10

Mineros atrapados

A esos hombres atrapados bajo la tierra, a las puertas de su eterna espera, un canto de un paisano suyo, llamado el poeta de los mineros.

En 1949 la Convención Nacional de Asociaciones Mineras, distingue a Roberto Flores Álvarez como “El Poeta de los Mineros”. Este Contador General de profesión, nace un 15 de noviembre de 1909 en la ciudad de Vallenar, donde realiza sus primeros estudios. Posteriormente se traslada a La Serena y Coquimbo. En 1952 fue designado Intendente de esta última provincia.Más tarde sería elegido representante de la Provincia de Atacama ante la Cámara de Diputados.


Desde 1932, se destaca como poeta y sus creaciones ven la luz pública en diferente diarios, revistas y antologías de todo el país, destacando su aparición en la “Antología de los Grandes Poetas” de Francisco Galano.

Su poesía, al igual que su vida, se desarrolla en el Norte Chico, dando como resultado una obra poética regionalista, basada en sus características geográficas, históricas y étnicas, donde la minería tiene un lugar fundamental.


El poema épico “Canto a los Mineros” es considerado una de las obras que mejor recoge el vivir del minero y su gesta, logrando extraer belleza de un tema áspero y sufrido. En el recorre de manera muy hermosa la historia de la minería nacional.


Roberto Flores Álvarez, fallece en La Serena, el 10 de diciembre de 1984, el mismo día en que se aprestaba a recibir el Premio Regional Nacional de Literatura.


CANTO A LOS MINEROS
(fragmentos selectos)

Los besos de los labios milenarios
calmaron los ardores de la tierra,
y por su frente trémula se alzaron
en arrugas sin fin las cordilleras.

Y en cósmica amalgama de colores,
vivificando el pecho de los montes,
palpitaron las vetas minerales
tal como late el corazón del hombre
. . .

Y fue el indio “diaguita” de mis sierras
que molía las “menas” en sus toscos marayes,
y en la frente del bronce, y en la piel de la greda,
dibujaba el enigma de sus sueños astrales
. . .
Arañando laderas y montes de la Patria
el cateador camina con rumbo hacia la gloria;
la veta que hoy, esquiva, se oculta a su mirada,
quizás mañana alumbre los fastos de la Historia.

Yo, que soy minero de sueños imposibles,
y que busqué en la aurora las vetas desoladas,
sólo encontré las “menas” de mis versos humildes
para cantar por todos, las glorias olvidadas.

tomado de http://www.areaminera.com/Contenidos/cultura/articulos/2.act