A propósito de una película
En la anterior ocasión se reseñó la existencia de la película EL MILAGRO DE SAL. Esta pequeña nota va dirigida a corregir un equívoco, pues la película no fue rodada realmente al interior de la catedral de sal.
El equívoco proviene del hecho de que la película, en la época en que fue realizada, se explotó comercialmente con la idea de que las imágenes habían sido filmadas dentro de la mina de sal. Pero una entrevista que se le hiciera a Antonio ordóñez Ceballos, productor del filme, realizada por personal de la Fundación Patrimonio Fílmico colombiano, entidad que hoy tiene la película a su cargo, aclara las cosas.
Ordóñez Ceballos cuenta, en dicha entrevista, que para filmar se hicieron réplicas de la mina en la ciudad de Bogotá. El director de la cinta fue el mexicano Luis Moya Sarmiento, hombre de cine que en México habia trabajado en el área de escenografía. Esta experiencia de Moya hizo que se optara por el recurso de hacer réplicas, seguramente teniendo en cuenta ese factor definitivo que tiene el cine, que es el del dinero, pues, sin duda, mediante este procedimiento se reducían costos frente a la alternativa de viajar hasta Zipaquirá para hacer el rodaje.
Este equívoco se mantuvo a lo largo de los años, casi que hasta ahora, y es interesante saber, además, que personas de Zipaquirá, que conocían la mina y vieron la película, quedaron convencidas de que las tomas habían sido hechas al interior de la mina.
En la anterior ocasión se reseñó la existencia de la película EL MILAGRO DE SAL. Esta pequeña nota va dirigida a corregir un equívoco, pues la película no fue rodada realmente al interior de la catedral de sal.
El equívoco proviene del hecho de que la película, en la época en que fue realizada, se explotó comercialmente con la idea de que las imágenes habían sido filmadas dentro de la mina de sal. Pero una entrevista que se le hiciera a Antonio ordóñez Ceballos, productor del filme, realizada por personal de la Fundación Patrimonio Fílmico colombiano, entidad que hoy tiene la película a su cargo, aclara las cosas.
Ordóñez Ceballos cuenta, en dicha entrevista, que para filmar se hicieron réplicas de la mina en la ciudad de Bogotá. El director de la cinta fue el mexicano Luis Moya Sarmiento, hombre de cine que en México habia trabajado en el área de escenografía. Esta experiencia de Moya hizo que se optara por el recurso de hacer réplicas, seguramente teniendo en cuenta ese factor definitivo que tiene el cine, que es el del dinero, pues, sin duda, mediante este procedimiento se reducían costos frente a la alternativa de viajar hasta Zipaquirá para hacer el rodaje.
Este equívoco se mantuvo a lo largo de los años, casi que hasta ahora, y es interesante saber, además, que personas de Zipaquirá, que conocían la mina y vieron la película, quedaron convencidas de que las tomas habían sido hechas al interior de la mina.